El Bastión de Shadirind

En la Guerra del Odio, Lean-ha atacó y arrasó los asentamientos que encontraba a su paso. Las ciudades Zhogs de Tiriok, Naez, además de la espléndida y única ciudad Gangu de Sho-Gulho, cayeron bajo su aterradora mano. El reino Sinak de Gahe Karn-Cu también cayó bajo su influjo y el de sus perversas hijas.

Todos los supervivientes y los restantes aliados se retiraron a la ciudad Zhogs de Shadirind. Allí se prepararon para combatir. El propio Clauok otorgó las runas de poder a los Arhuatz y enseñó el manejo de la espada a los Sinak. Etruok disciplinó a éstos últimos en el manejo del arco.

Resistieron en el bastión de Shadirind a un cruel asedio hasta empujar al enemigo hacia el Norte, en las montañas Cerliok. El dios Clauok luchó junto con su hijo Etruok en la batalla; Anoïk a punto estuvo de unirse, pero vio que el poder de Etruok era superior al del padre y la balanza de Zhasluon estaba equilibrada. Ïnakare también quiso aliarse, pero se lo prohibió su padre haciéndola responsable y guardiana temporal de las puertas de Zlecuria

En aquel lugar se produjo la destrucción de los Drakgorak y la muerte del dios Clauok que arrojó su espada que se destruyó haciéndose añicos, perdiéndose para siempre. Pero la guerra continuó durante largos años donde no se dio tregua, viniendo luchadores descendientes de la Noche de la Vil Oscuridad para hacer pagar a Lean-ha su traición. Empujaron los Gialz supervivientes hacia el Noreste en las tierras de Tzoh-Uak. Al final fue derrotado Lean-ha y muerta Phaiak, señora de la discordia y el dolor.Desde ese día el bastión de Shadirind fue recordado por la resistencia y ofensiva e impedir que la guerra avanzara al Oeste, hacia Shaiknel y Dunïl, si bien no fueron tierras de paz en unos momentos de gran compulsión.