El Reino Celestial de Zlecuria
Zlecuria es el reino donde residen las divinidades. Es un poco difícil explicar puesto que los ojos de los seres vivos no pueden verlo ni tocarlo, salvo que sean invitados a sus dominios. La ciudad, situada en los planos mayores del infinito, está guardada por un gran portón acero. Lo que verdaderamente hace segura la ciudad no son las puertas, sino los muros, aunque paradójicamente no se ven. La puerta actúa como única entrada hacia la dimensión de las divinidades, aunque por fuera se puedan ver las construcciones, no se puede traspasar la barrera atemporal que atrapa en un bucle a los incautos que intentan franquear su frontera.
Clauok era el guardián de las Puertas de Zlecuria, pero desafortunadamente cayó en la Guerra del Odio, y actualmente es su hijo Etruok quien las guarda. Clauok fue despedido con mucho dolor en Zlecuria, y reconocido su mérito y valor.
Cuando entras en sus dominios la ciudad parece engullirte: grandes monumentos de materiales parecidos al blanco marfil, pero de múltiples colores cuando le toca la luz celestial de la constelación de Sha Ecgo reflejan la majestuosidad de su complicada obra.
Es un espacio donde se vive en libertad y donde centenares de miles (o millones) de criaturas viven en paz lo que en vida tal vez no pudieron. Sus obras invaden las curvas calles de Zlecuria, incluso podríamos decir que la ciudad es una obra de arte. ¿Cuánto tiempo lleva construida…?, es algo que no se sabe y supongo que nadie vivo sabrá, y después de vivo, ¿Acaso importa?En el centro de la ciudad se eleva una gran estructura circular compuesta por cuarenta y nueve columnas, el único templo conocido dedicado a Ën. Una gran luz se proyecta desde su centro elevándose al infinito, hasta perderse en la inmensidad de la cúpula celestial. Se cree, aunque es muy osado, que el haz de luz es una puerta a otra realidad.
