30º relato

Para no caer

Yumbo era uno más de muchos otros que danzaban en una galaxia… no muy lejana. Le encantaba cantar y bailar todo el día, y buena parte de la noche. Le aburría el aburrimiento de los demás: el necesitaba marcha, estar siempre activo.

Hubo un día que Yumbo tuvo una idea de lo más extraña mientras danzaba sobre el lomo de una osa: ¿Y si por bailar me caigo, me hago daño y no puedo bailar jamás? La idea era ridícula, ya que él nunca se podía caer, pero ¿Y si pasaba?

Muchos de sus amigos le dijeron que no pensara esas cosas: «tú, al igual que nosotros, no te puedes caer».

— Sí lo sé —respondía—, pero ¿Y si fuera posible?

Con esta idea pasaba las noches pensando y pensando. Apenas descansaba o danzaba, y tras mucho meditar y poco descansar dejó totalmente la práctica del baile. Y así, un aciago día, dejó de moverse y se apagó. Su vida se vino abajo por una idea, un pensamiento del todo incorrecto, ya que Yumbo era una estrella, y las estrellas no se pueden caer… a no ser que dejen de creer en ellas mismas.

Somos un océano de estrellas en un vasto universo. Nunca dejéis de brillar.