27º relato

Debemos continuar

Ya hace años que comenzó toda esta pesadilla. El virus se filtró en nuestra sociedad, expandiéndose con ansia, devorando todo su paso. Me llamo Manuel un soy el único superviviente, o por lo menos uno de los pocos que continúan en pie y con la cabeza alta.

Cuando salgo a la calle debo andarme con cuidado. Conseguir algo de comida se convierte en tarea ardua. Temo encontrarme con uno de «ellos», un zombie, un caminante, un descerebrado…

Hoy tengo que ir a buscar comida. Por la situación actual no puedo coger el coche y debo ir andando. A no más de diez metros comienzo a verlos. Por ahora no han reparado en mí, siguen su camino. Giro la esquina: ¡Maldición!, Hay demasiados, pero ya no puedo dar la vuelta.

Uno de ellos viene de cara, no puedo esquivarlo… Cuando vienen de frente es como si una fuerza extraña les fuera a…

— Joder, pero ¡¿qué haces viejo de mierda?!, ¡mira por dónde vas!

El joven recoge el móvil del suelo que ha caído al chocar, y vuelve a su rutina zombie como tantos otros a su alrededor con la cabeza pegada a la pantalla sin ver nada más; Imbuidos en otro mundo muy distinto al mío.

Yo por mi parte me levanto sólo, sacudo la ropa y continúo rumbo al supermercado para realizar las compras con la esperanza de no volverme a encontrar a ninguno de ellos… carentes de emociones o cerebro.